Con Charo me unen muchas cosas vividas juntas y muchas vivencias personales ocurridas en paralelo: trabajo, boda, maternidad... Por lo que me hizo muchísima ilusión que contara conmigo para elaborar los detallitos del bautizo de su segundo hijo.
Eligió bálsamos de chicle que olían... ummm!!! menudas ganas de comermelos me dieron mientras los hacía.
Tina, la abuela del pequeño, con la que tengo también un vínculo especial, tuvo la idea de poner la foto de Nicolás en la etiqueta del bálsamo. Y es que a Tina es para conocerla, sabe absolutamente de todo, igual te arregla un ordenador, que te prepara una comida exquisita, que te da una gran idea... Es una gran profesional, capaz de resolver en el trabajo cualquier entuerto que pueda acontecer, da igual de la índole que sea, ella te lo resuelve. Además es una abuela joven y dinámica, siempre dispuesta a ayudar a su familia, amigos y compañeros. Y afortunadamente su hija es como ella.
Bueno, como decía, Tina tuvo la idea de poner la foto del bebé en la etiqueta del labial, la idea me pareció fantástica, nunca lo había hecho, así que probamos y quedó muy original.
Y como colofón al empaquetado, el cuñado de Charo elaboró unos marcapáginas preciosos, que complementaron perfectamente el detalito para las invitadas.
Y un dato curioso, el pequeño fue bautizado con el mismo faldón que utilizó en su momento su propia madre y primos de esta... un traje con solera.
En definitiva, el pequeño Nicolás tuvo un día estupendo en el que fue absolutamente protagonista.
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